En este libro vemos que el territorio tarde o temprano nos permite hacer comunidad y sentir que pertenecemos, o no lo hará y buscaremos migrar. Esto se observa desde la afectividad y la empatía en nuestras vidas cotidianas, pensar en prolongar la vida como comunidad y la sostenibilidad de nuestro ambiente. Otras categorías que cruzan son el acceso a servicios, los efectos directos del COVID-19 sobre los territorios de donde se reconocen las juventudes.