En el marco del Día de la Madre, uno de los festejos más populares de nuestro país, cobra importancia el sentido tan arraigado que le hemos dado a lo que significa ser madre y la manera en la que influye en las dinámicas sociales.
Es verdad que la labor que realizan las mujeres como madres es muy importante y merece reconocerse. En muchas ocasiones las madres son quienes encabezan el hogar, se encargan de la educación y cuidado de los hijos y otras tareas del hogar que se han designado culturalmente como “propias” de una mujer, que además, muchas veces no es reconocido como trabajo y evidentemente no es remunerado. Además de dichas atribuciones como madres, desde hace tiempo, estas mujeres se han desarrollado en la vida laboral. Es decir, las mujeres tienen un papel muy importante tanto en el ámbito de lo privado como en el de lo público y la discusión en torno a la equidad o sobre cómo se da la división del trabajo es amplia y nos permite repensar las relaciones de género.
Es por esto, que lo mínimo que se requiere para que las mujeres desempeñen de manera óptima su maternidad es que ellas decidan ser madres. Es fundamental reconocer que la maternidad no es un “deber ser” de la mujer, es una elección no un destino.
Por lo anterior es necesario poner sobre la mesa la educación sexual, trabajar en políticas públicas del sector salud que incluya métodos anticonceptivos y de planificación familiar, así como el acceso al aborto legal, que garantizan que las mujeres puedan decidir sobre sus propios cuerpos y ejercer sus derechos. Si el ser madre puede ser parte importante de la vida de una mujer, que sea porque decidió serlo.
ELABORÓ: GLADIS E. AVALOS ÁLVAREZ