Las energías de los integrantes del proyecto de ISLA Joven en EDUCIAC, se han centrado en estas últimas semanas en la impartición de los talleres a jóvenes en Centros Comunitarios y en algunas escuelas de la ciudad.

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En el Centro Marillac ubicado en la Colonia Rural Atlas al Norte de la Ciudad y con apoyo del módulo de INEA que tiene como sede el mismo centro, se han impartido talleres durante 5 semanas a 14 jóvenes en promedio, con edades entre los 15 y los 29 años, hombres y mujeres, con condiciones de vida muy diversas. Hay mujeres que tienen hijos, una de ellas, Lulú, tiene 26 años y 6 hijos; otras más tiene 1 o 2 hijos. Hay jóvenes en el centro que no han terminado la primaria que cuentan con 15 y 16 años, la mayoría cuenta o está cursando el nivel secundaria de la educación básica y una mínima parte finalizó la preparatoria o tiene una carrera Universitaria aunque sea trunca.

Por otro lado, los jóvenes escolarizados pertenecientes al CECYTE III ubicado en la Colonia Nueva Progreso en la zona Sur de la Ciudad, mayoritariamente son jóvenes entre 16 y 19 años que están a punto de salir de su formación media superior, pocos de ellos están definiendo trabajar inmediatamente con miras a seguir estudiando en unos años, y la gran mayoría pretende continuar sus estudios.

En esencia los contenidos son los mismos, las dinámicas y reflexiones sobre las habilidades, el empleo, el estudio, las relaciones interpersonales son las mismas así como los objetivos, sin embargo, los jóvenes de la Zona Norte en el Centro Marillac cuentan con recursos diferentes que los jóvenes del CECYTE III en la Zona Sur que están escolarizados, por lo que desarrollar los talleres, adecuar los contenidos, dinámicas y modificar los tiempos conlleva una empresa importante para el facilitador. Los recursos de los jóvenes en cada uno de los espacios son distintos, mucho más diversos son en habilidades, confianza, participación en Marillac y mucho más homogéneos en CECYTE III.

La integración con los grupos, tanto en Marillac como en CECYTE III ha sido de beneficio, ya que las y los participantes han asistido puntualmente a los talleres así como se ha incrementado la participación dentro de los mismos. En evaluaciones parciales, los jóvenes van reconociendo que se desenvuelven con mayor confianza, que conocen información que no conocían, y que aprenden a trabajar en equipo y ser quienes son sin temor a ser juzgados o intimidados