El tránsito de la niñez al comienzo de la adolescencia es un proceso de crecimiento necesario para el desarrollo humano, sin embargo, éste puede generar mucho estrés e incertidumbre al interior de la familia. Está marcado por la aparición de cambios físicos, que dan comienzo a la pubertad. Las alteraciones corporales y hormonales son el inicio de posteriores transformaciones, afectivas, cognitivas y sociales que sufre el adolescente. El púber inicia el rol más importante del adolescente: ser buscador de la propia identidad, trabajo que implica crisis y desequilibrio.