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30 de julio, Día Mundial contra la Trata de Personas

Empleos falsos como forma de enganche en la trata de personas

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Erradicar la trata de personas requiere garantizar, respetar y proteger derechos humanos (trabajo, seguridad social, salud, educación, alimentación y vivienda), condiciones mínimas para que las personas puedan desarrollar la vida. Sin embargo, arrastramos décadas de violaciones a derechos, mismos que favorecen otros problemas con efectos incuantificables, no solo para las víctimas, también para sus familias y comunidades.

       Organismos internacionales que documentan los efectos de la trata de personas (como la Oficina contra la Droga y el Delito de las Naciones Unidas y la Coalición contra la Trata de Mujeres) señalan que una de las formas de enganche es la oferta de falsos empleos. Esta situación se incrementa cuando las comunidades enfrentan problemas estructurales como escasez de empleos, inestabilidad económica y violencia contra grupos específicos.

     La pandemia por el Covid-19 no solo trajo consigo decesos por el virus, también colocó de frente las condiciones precarizadas del empleo y la desatención a la garantía de un trabajo digno. En este contexto la trata de personas se cuela entre millones de personas sin derechos básicos y con escasas alternativas para emplearse. Por eso, en el marco del Día Mundial contra la Trata de Personas es fundamental recordar la urgencia de redoblar esfuerzos y generar redes para alertar a las personas, ofrecer alternativas de erradicación del problema y asegurar el empleo digno. 

     Actualmente muchos trabajos, formales o informales, se suspendieron o perdieron para aminorar un problema de salud, sin considerar alternativas para compensar esas ausencias o las mejoras de empleos de por sí precarizados. Este escenario se presenta como ideal para que tratantes o redes de trata se anuncien en letreros en las calles o en redes sociales para ilusionar con empleos bien pagados, flexibles en horarios y dificultades para emplear a personas menores de edad. La Secretaría de Gobierno de México señala que los tratantes estudian los deseos y carencias de las personas que pretenden reclutar para luego persuadir con discursos o acciones que formen un vínculo de confianza entre quien engancha y la víctima.

     En México, es altamente probable que el enganche ocurra sobre todo cuando, organismos como el Observatorio de Trabajo Digno reportan que,  casi 32 millones de personas no perciben lo suficiente para adquirir la canasta básica para dos personas; 34 millones carecen de acceso a la salud; 18 millones tienen empleo sin contrato, indemnización, prestaciones o defensa en caso de despido injustificado. En la trata de personas las víctimas que engrosan las cifras son mujeres, niñas, niños y personas jóvenes pues son quienes resultan más vulnerables ante los problemas emergentes, por ejemplo, en el contexto del Covid19, el porcentaje de mujeres en situación de precariedad se duplicó en el país, esto, además del trabajo doméstico no remunerado que continúan ejecutando en sus hogares y que aumentó frente a las medidas sanitarias.

     Trabajo Digno señala también que las juventudes enfrentan, en comparación con las personas adultas, el doble de desempleo, desigualdad salarial, ausencia de seguridad social e inestabilidad en la contratación. 

     En tiempos de Covid-19, las personas con enfermedades crónicas o adultas mayores son una población vulnerable ante la enfermedad, mientras que las mujeres y personas jóvenes sin empleo o que viven “al día” corren un alto riesgo ante el enganche para la trata de personas. Esto frente a un sistema de educación, de seguridad pública y de asistencia social que no logran empatizar, o dimensionar siquiera, las dificultades que atraviesan personas jóvenes, mujeres, niñas y niños para encarar los problemas que trajo la pandemia.

     Frenar la trata de personas implica que distintos actores asuman tareas.

· Las organizaciones de la sociedad civil pueden prevenir y difundir información entre las personas y sus comunidades para reducir las formas de enganche.

· A los gobiernos, en sus distintos poderes y niveles, les compete por obligación frente a los derechos humanos, la prevención, atención, sanción, reparación y erradicación de la trata. Otra tarea es favorecer la confianza ciudadana para la denuncia del delito, tarea que el estado debe abanderar, así como la garantía de derechos fundamentales para que las comunidades se fortalezcan y se reduzca el impacto de la explotación de personas desde la trata.

· Es urgente que, ante el desempleo, las instancias del trabajo acerquen opciones para desplazar el impacto de los falsos empleos en las calles y las redes sociales. Las instancias encargadas de transversalizar las perspectivas de juventudes, género e interculturalidad son fundamentales para lograr la inclusión de estas poblaciones y su salida de la marginación. A las instancias de seguridad y justicia les compete la atención jurídica pronta para las personas, familias y comunidades afectadas por la trata o la explotación. Mientras que, para las instancias encargadas de brindar asistencia social, erradicar la trata, implica no sólo conocer el tema, también generar medidas para brindar derechos fundamentales y favorecer el reconocimiento de las poblaciones más desfavorecidas como titulares de derechos.

· Las personas y las comunidades tambien pueden generar estrategias de autocuidado frente a la trata de personas, una forma es difundir la información a sus círculos cercanos, dialogar sobre el problema y las formas de enganche que se han documentado.

Una de esas formas de enganche es la oferta de falsos empleos y algunas alternativas para evitar más víctimas en la trata son:

· Verifica que la publicidad muestre datos de la empresa que contrata. En ocasiones solo se señala “por apertura empresa solicita” y esto impide que las personas hagan una búsqueda alternativa para identificar si la empresa es real, su ubicación, su historia y otros datos.

· Consulta en redes sociales o en el buscador, los datos de la empresa contratadora para confirmar si la oferta es real, o si existen denuncias acerca de la empresa como un falso empleo.

· Algunas veces, los falsos empleos solicitan discreción, persuaden para citar a las personas solas, o realizan citas en lugares poco convencionales (lugares aislados, con mínimo tránsito, frente a establecimientos que no se vinculan al empleo, en avenidas de rápido acceso o espacios que no son el lugar donde se desarrollará el trabajo).

· Si la persona que solicita el empleo no ofrece detalles de las actividades, del lugar de trabajo y solicita disposición para cambiar de residencia, puede ser un falso empleo.

Este 30 de julio, desde #CeroTrata reiteramos nuestro compromiso para coadyuvar en  construir una sociedad que posea condiciones reales de ejercicio de derechos humanos que nos permita decir frente a la trata #NoCaeré