Policías estatales detuvieron ilegalmente y golpearon a Ulises Juárez (Nota de La Jornada San Luis)

Entonábamos el Himno Nacional mexicano cuando se los cargaron. De un lado de las vallas metálicas estaba un grupo de simpatizantes de Morena y estudiantes de #YoSoy132 SLP, flanqueados por decenas de policías. Afuera de las vallas había otro grupo que acompañaba. Era la medianoche, o apenas después de la medianoche. Era el viernes 13 de diciembre, o, mejor dicho, comenzaba el sábado 14 ya.

La directiva del Congreso de San Luis Potosí programó súbitamente su turno en la votación que deben emitir las legislaturas locales respecto a la modificación constitucional en materia energética que aprobó el Congreso Federal la madrugada del 12 de diciembre. Con una premura inusitada han comenzado a desgranarse los votos a favor de la enmienda constitucional que permite la intervención de la iniciativa privada en los asuntos del petróleo en México. Hasta el momento en que esto escribo son ya 16 voluntariosas legislaturas que han validado el atraco a la nación.

Para asegurar la agilización de las aprobaciones respectivas, los promotores de las iniciativas, desde el PRI y el PAN, han resuelto sendas medidas precautorias: dispositivos policíacos en los congresos locales, órdenes del día exprés en gacetas parlamentarias y coberturas mediáticas a modo que ponderen las virtudes de la noble y leal iniciativa privada en la materia energética, frente al indeseable control estatal, (fuchi).

Unos 40 policías de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de San Luis Potosí avanzaron con escudos y marchando hacia el grupo de “adentro” del cerco. Esa noche, del 13 al 14 de diciembre, cargaron con la humanidad y las pertenencias del grupo que previamente habían “encapsulado” con vallas metálicas y los echaron fuera de su zona. No siguieron los protocolos de actuación policíaca, que si acaso conocen omiten deliberadamente.

Cargaron con estudiantes, con militantes, con sus mochilas, con sus pequeñas cosas tiradas sobre el suelo, las mantas, las cartulinas, fue entonces que aventaron la réplica de una torre petrolera, construida artesanalmente por los manifestantes, y la pequeña torre cayó de lado, como triste metáfora política de nuestra desgracia nacional. Policías sometiendo con llaves de lucha libre a un par de compañeras, Yamilet, una de ellas. Fátima, desde la entrada secundaria al Congreso del Estado, denunciaba los maltratos de otros policías.

Esa medianoche los polis se hicieron del resguardo del Congreso, su objetivo. El cerco ciudadano se volvió un cerco policíaco. Y a Mannix se le ocurrió que había que cercar el cerco. A eso procedimos. Gabino no perdía el buen humor y Guillermo, mi tocayo, sí perdía un zapato.

Gabino, presidente potosino de Morena, decía a gritos que no debíamos temer, que los policías estaban ahí para detener a las y los diputados delincuentes. Una foto que circula en redes virtuales da testimonio de la resistencia de “Memo”, lo jalonean entre dos agentes policíacos y un escudo de polímero.

El sábado se mantuvo la actividad, hubo oradores y se mantuvo la presencia de activistas de #YoSoy132 SLP y de Morena, principalmente. Pero la votación de la reforma energética se había programado para el domingo, en la sesión de las dos de la tarde. Convocaron desde temprano los organizadores. Cerca del mediodía el ánimo se tensó. Entre los jaloneos policías estatales detuvieron ilegalmente y golpearon a Ulises Juárez, un joven estudiante de sólo 15 años. Asustado relataba más tarde como lo habían acorralado para amenazarlo.

Las dos puertas del recinto estaban cubiertas, por policías estatales primero, luego por vallas metálicas y finalmente por activistas. Cerca de las dos de la tarde los que cubríamos el acceso secundario, por la calle de 5 mayo nos dimos cuenta que se acercaban las y los diputados. Se preparaban para entrar. Fue entonces cuando los agentes de la Policía Estatal se dispusieron a abrirles camino, a costa nuestra. Eran cientos de policías, algunos sin uniforme. Los que portan escudos se adelantaron formaditos, pero antes de ellos los agentes “vestidos de civil” comenzaron a propinarnos pequeños golpes, de esos que pretenden parecer accidentales, que tras el enfrentamiento se volvieron menos disimulados y acabaron siendo golpes arteros, por debajo, donde no graban las cámaras, los celulares, ni la prensa, “ganchos” a las costillas e insultos susurrados, de esos que buscan atemorizar. Intensificaron su operativo, los insultos fueron amenazas y los golpes velados más frecuentes e indiscriminados. Uno de esos agentes se desquició y pateó en el suelo la mochila de un compañero, como si contra ella desquitara una rabia inexplicable, enrojecido la pateaba y la lanzó hacia el bloque policiaco.

Yo tomaba fotos a mi golpeador particular, quien, fúrico, trató de arrebatarme el teléfono celular en repetidas ocasiones, me insultaba, frustrado, me hostigaba. Todo en unos segundos. Lo tengo registrado.

Al salir del remolino humano los contingentes se reagruparon y me enteré que habíamos sido decenas de agraviados. A Alejandra Juárez y a Alejandra Álvarez, estudiantes de la maestría en Derechos Humanos y de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, las golpearon en el vientre, les lastimaron los brazos. Al reportero de La Jornada San Luis, César Rivera, talentoso fotógrafo, le abrieron el labio superior y trataron de arrebatarle la cámara.

¿En qué carajo está pensando el señor Joel Melgar, secretario de Seguridad Pública de San Luis Potosí, cuando manda o permite que sus agentes policíacos actúen con tal impunidad? ¿Qué tipo de institución policíaca tenemos en San Luis Potosí que inobserva los protocolos de actuación y arremete brutalmente contra población civil, desarmada y pacífica? Toranzo comenzó su sexenio reprimiendo y se ha acentuado su vocación autoritaria. Han atropellado los derechos de activistas, periodistas, académicos, menores de edad. Que castigue el gobernador a los responsables, los tenemos bien documentados. O deslinda responsabilidades o seguiremos entendiendo que es él el principal responsable de los agravios de la tarde del domingo. ¿Duerme tranquilo Toranzo tras los operativos exitosos que limpian la plaza de Armas de manifestantes a punta de golpes e insultos?

El contingente respondió con huevos catapultados contra la sede del Congreso. A mi lado una compañera se lamentaba “¡No! ¿Por qué hacen eso?” y yo pensando que se indignaba por algún agravio al recinto legislativo le espeté “No es tan grave, compañera” a lo que ella remató “Con lo caro que está el huevo, para desperdiciarlo con estos cabrones”. Y me quedé pensando que tiene razón, que los huevos se limpian de la fachada del edificio, que la reforma energética nos costará carísima. Pero también pensé que la mancha en el gobierno represor torancista no se le quita, ni el señalamiento a diputadas y diputados entreguistas de recursos naturales.

Nota por: GUILLERMO LUÉVANO BUSTAMANTE

Nota Original: http://www.lajornadasanluis.com.mx/2013/12/16/pol2.php