Por: Nydia Morales

El proceso de legislación de la trata de mujeres con fines de explotación sexual tiene antecedentes en la preocupación internacional por impedir la esclavitud y la venta de seres humanos.

Los esfuerzos por erradicar los problemas antes mencionados, permitieron documentar otras redes de operación más organizadas que reclutaban mujeres de raza blanca –europeas– para prostituirlas en distintos continentes mediante pactos o negociaciones que protegían la clandestinidad de este negocio.

Estudiar este fenómeno identificó otro tipo de trata, la de mujeres –de diferentes sociedades, edades, razas, grados de estudio, nivel económico– con fines de explotación sexual.

La carencia de una tipología de posibles mujeres atrapadas en una red de trata con fines de explotación sexual es un problema que se agrava con el desconocimiento social, los mitos acerca de la trata y las cargas sociales que pesan desde hace mucho a la prostitución, socialmente no se piensa como forzada, sino como un gusto de las mujeres que lo practican o el extremo de “la buena mujer”.

Ante tales amenazas, los gobiernos de diferentes países se reúnen en convenciones, asambleas, congresos para pactar tratados, firmas, acuerdos, convenios y reglamentos a fin de erradicar estas formas globales de violencia principalmente contra las mujeres, los niÒos, las niÒas y hasta hace unos aÒos se reconoció en distintos documentos que los hombres también padecen situaciones de trata.

El principal eje rector del esfuerzo conjunto, es un programa para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente Mujeres y NiÒos, llamado también Protocolo de Palermo.

No obstante, los esfuerzos no logran vislumbrarse, los recursos humanos y económicos se pierden en una lucha que no es reconocida por los medios de comunicación que cada sociedad tiene a su alcance, ni por los gobiernos, ni por las instituciones que deberían hacer efectivas sus reglas, estrategias y divulgar este fenómeno que muchos de ellos han reconocido como un problema social urgente mediante la realización de múltiples pactos.