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Modelos de inclusión y atención a grupos en situación de vulnerabilidad o marginación

“La educación liberadora no produce, por sí misma, el cambio social [. . .] pero no habrá cambio social sin una Educación Liberadora”
Paulo Freire[1]

Pobreza y desigualdad son dos términos que aparecen sistemáticamente en las discusiones sobre la realidad social y económica de muchos países. La exclusión social puede verse intensamente marcada por una condición de escasez de recursos económicos, aunque no siempre ocurra por estos. Sin embargo, hoy vemos con la crisis económica, que los procesos de empobrecimiento de ciertas capas de población, también pueden y deben leerse en términos de sus efectos excluyentes respecto a los espacios sociales por dónde circulan recursos investidos de valor social, cultural o económico que condicionan la inclusión.

Las desigualdades sociales no son naturales, por el contrario, son la resultante de un proceso de construcción sociocultural, el cual no se expresa solamente en la enorme diversidad adquisitiva de los ingresos de las personas, sino que se deriva de la discriminación de clase, de raza, de género, de origen geográfico, de distinta capacidad física, etc., que, practicadas de manera categórica (es decir, excluyendo a todos o casi todos los miembros de un grupo), la convierten en un fenómeno multidimensional.

Educación y Ciudadanía A.C.

[1] Entrevista a Paulo Freire, CEAAL, Buenos Aires, 1985.